A nadie le gusta que los fabricantes de productos de consumo electrónico decidan qué periféricos pueden usar o no con estos, y el debate sobre el derecho a la elección por parte de los usuarios, y el derecho de los fabricantes a proteger sus sistemas sigue siendo motivos de agrias disputas. El caso que nos ocupa es otro ejemplo de esta discusión de nunca acabar.
Resulta que el gigande de Redmond empezará en breve a bloquear las consolas con ciertos dispositivos de almacenamiento en forma de unidades de memória no autorizadas por la compañía, y quien quiera seguir disfrutando de las partidas y perfiles guardados en dichas tarjetas tendrá que volcarlas a tarjetas tildadas de oficiales por la compañía.
Evidentemente esta decisión viene motivada por el loable derecho de Microsoft de proteger sus sistema de tarjetas de memoria que son capaces de hacer bastante más que almacenar datos. El problema está en que las tarjetas oficiadas por Microsoft son proporcionalmente mucho más caras que las del montón por llamarlas de algún modo, aunque eso si, algunas de estas permiten hacer cosas que por las vías oficiales no sería posible hacer.